domingo, 19 de enero de 2014

Leonel y Danilo: Esencialmente Diferentes

OPINION. - Leonel Fernández y Danilo Medina son esencialmente diferentes. Diferencias que no los desunen, pero sí los colocan en dimensiones sociales –no políticas-, tan distanciadas como desiguales. 


El ex presidente prefiere rodearse de amigos y colaboradores poderosos –con riquezas de inmediata o larga data-, mientras el actual mandatario sigue fiel a sus amigos, dentro y fuera del PLD. En tanto aquel no pone reparo en vincularse a personas de cuestionada reputación por sus fuentes de lucro,  éste parece sentirse más a gusto entre los humildes y mansos de corazón.

Uno echa a un lado a consejeros avezados y el otro mantiene cerca de su fiel y competente equipo de pensadores, bien actualizados tanto en cuestiones políticas como de Estado. Pernicioso frente a lo mal hecho e insensible ante los problemas más agravantes, Leonel le dio poca importancia a los asuntos cotidianos, incluyendo los que tienen que ver con la salud, el empleo, el agua potable, la energía y otros servicios fundamentales.

Danilo no habrá resuelto del todo tales problemas, pero se muestra empeñado por afrontarlos. 

Comprometido, como está, con la unidad de su partido, ha debido sacrificar programas y aplazar cambios imprescindibles para lograr las metas trazadas. Se caracteriza por respetar y tomar en cuenta la opinión ciudadana y sus inconformidades. Aspecto que puede y debe ser mejorado, como el que tiene que ver con los altos precios de los productos básicos y el endeudamiento externo. Pero si comparamos la ausencia total de atención y calor humano, reflejada en los gobiernos del Fernández, podemos encontrar ahora notables avances en este sentido.

Uno, elevados, túneles, trenes, viajes costos, onerosas concesiones en perjuicio del erario, lujos persas en contraste con la pobreza, y una consorte ambiciosa. Este otro, atenciones al campo, acueductos, caminos vecinales, limpieza de canales, medianas y pequeñas empresas, renovación de contratos, reajustes salariales, recuperación de recursos, con consorte sencilla que camina a su lado para darle la mano en programas sociales, sin que el gusanillo de la codicia política distorsionen su distinguida, pero no menos pasajera, posición.

Probablemente la militancia del PLD, que también es parte del pueblo dominicano, habrá notado estas diferencias, penando y descalificando a uno, y reconociendo a otro. Clara señal de revisión del orden prevaleciente a lo interno y sustitución de un liderazgo anquilosado, por tanto reemplazable.  ¿De eso se trata ahora? 

Por: Eduardo Alvarez

0 comentarios:

Publicar un comentario