OPINIÓN DE CESAR MEDINA. - No se lo ha propuesto o sugerido ni siquiera a sus más allegados, pero la posibilidad de una repostulación con todas las posibilidades de éxito ha comenzado a sonar bonito en los oídos del presidente Danilo Medina, siempre que Leonel Fernández sea el inspirador como alternativa a su vigencia electoral y continuidad en el liderazgo peledeista.
Hipólito Mejía sería la tercera pata de un trípode que sustentaría una fórmula nada ajena si se toma en cuenta que intentó la reelección en 2004, y para Leonel es también camino recorrido cuando en 2008 siguió en el poder por segundo período seguido a costa precisamente del propio Medina que intentó reemplazarlo como abanderado del partido que ambos lideran.
Cada día son mayores las voces que reclaman a Medina seguir en el poder más allá del actual mandato que culmina en el 2016, justo cuando en menos de dos semanas se cumplirán dos años de su elección con el 51 por ciento de los votos emitidos el 20 de mayo de 2012, seguido muy de cerca por el propio Mejía que sacó el 47 en la boleta del PRD, fraccionado hoy en tres grupos que lucen irreconciliables.
El abejoneo reeleccionista ha ido creciendo en la medida en que Danilo se consolida como uno de los jefes de Estado latinoamericanos de mayor popularidad al agotar la primera mitad de su período. Las mediciones del gobierno lo colocan con una aceptación superior al 90 por ciento, pero aún las estadísticas más adversas lo sitúan con más de 80 por ciento.
Esas probabilidades aumentan en la misma medida en que Leonel sigue con una elevadísima tasa de rechazo debido a la intensa campaña de descrédito que le montaron grupos adversos tan pronto salió del poder el 16 de agosto del año antepasado, aunque su imagen mejora cuando lo miden como potencial candidato presidencial con Danilo ausente en la boleta peledeista.
La hipótesis sobre Leonel...
Para hacer posible una eventual reelección de Danilo Medina harían falta tres voluntades: primero la del propio Presidente, la de Leonel y la del expresidente Hipólito Mejía, que a decir de algunos de sus seguidores “preferiría mil veces que siga Danilo a que vuelva Leonel o el traidor de MiguelÖ” La hipótesis de que Leonel pueda eventualmente propiciar la reelección de Danilo en aparente contradicción a sus propias posibilidades cobra actualidad en la misma medida en que se proyecta su vigencia más allá de las próximas elecciones a la luz de un razonamiento tan elemental como lógico:
-El panorama electoral no está tan claro para Leonel como lo está para Danilo a partir de la popularidad de ambos, y en este momento la correlación de fuerzas a lo interno del PLD favorece al Presidente titular y nada asegura que eso pueda variar significativamente al momento en que ese partido se vea abocado a seleccionar abanderado para el dieciséis.
-De respetarse con todo rigor el mandato constitucional que prohíbe la reelección continuada en el poder, la candidatura de Danilo por el PLD es sencillamente indiscutible para el período inmediatamente posterior del 2020, un escenario que quedaría descartado en caso de abrirse legalmente la brecha de la reelección en el dieciséis;
-Si Leonel Fernández se propusiera ser el candidato presidencial en el dieciséis y perdiera la contienda interna porque Danilo y el gobierno hicieran valer poder e influencia para hacer eso posible, Leonel no sólo perdería vigencia electoral sino que también el liderazgo del PLD;
-Obviamente, ese escenario también lo sacaría definitivamente de competencia en 2020;
-Con Danilo de candidato a la reelección en el dieciséis, Leonel garantizaría no sólo el liderazgo del partido, sino que correría solo y sin obstáculo visible hacia su retorno cuatro años después cuando su imagen se haya repuesto del todo y Danilo haya agotado por completo sus altos niveles de popularidad;
-En los 53 años de democracia post trujillista, sólo dos presidentes elegidos por la voluntad popular no han buscado la reelecciónÖ Uno, Antonio Guzmán, se dio un tiro en la cabeza por la angustia 40 días antes de entregar el poder; el otro, Salvador Jorge Blanco, terminó en la cárcel condenado a 20 años de prisión.
Balaguer se reeligió mientras pudo, y pasó 22 años gobernando; el otro, Leonel Fernández, que también se reelige mientras puede, lleva 12... ¡Y el rancho ardiendo!
Y luego...Hipólito Mejía
La segunda voluntad que haría posible la reelección de Danilo es de Hipólito Mejía, que agota actualmente su último intento para hacer posible la reunificación del PRD, una voluntad que comparte con el presidente de ese partido y aspirante a la candidatura presidencial, Miguel Vargas.
Ese esfuerzo, sin embargo, está siendo dinamitado por fuerzas internas que también aspiran y otros perredeistas que se muestran abiertamente contrarios a ceder al sector de Miguel Vargas un derecho que reclaman por ser “la fuerza mayoritaria” en el PRD.
Fuera del PRD para todos los fines legales, Hipólito lo tiene claro para dirimirlo en el terreno personal, como suele asumir la política, bajo su clásica consigna: ¡Cualquier cosa menos Leonel! Desde que Danilo asumió el poder Hipólito ha buscado su acercamiento además de reivindicar “una amistad que viene de viejo”, y los lenguaraces hasta hablan de ciertos favores que nadie ha podido demostrar.
Todo eso a pesar de que se han enfrentado dos veces por la Presidencia de la República, la primera en las elecciones del 2000, que ganó Mejía, y la segunda en 2012 que las ganó Danilo. En las dos ocasiones Mejía ha utilizado su artillería verbal más pesada-- que es mucho decir--, para descalificar a su contendor.
Aunque no cuenta con el apoyo de la mayoría de los diputados de su partido, Hipólito sí podría sumar unos 15 legisladores que serían vitales para una eventual modificación constitucional imprescindible para colar la reelección presidencial, independientemente de que “la espontaneidad” y un esfuerzo adicional del poder harían eso posible sin mayor contratiempo.
(+)
EN TANTO, DANILO ESPERA…
Hasta hace unos meses Danilo Medina mantuvo una actitud firme contraria al abejoneo reeleccionista, y a sus compañeros que le tocaban el tema les respondía con decisión que al agotar su período de cuatro años retornaría tranquilo a su casa.
En algunos casos, cuentan sus seguidores, fue capaz de reaccionar con real enojo señalando que lo importante era trabajar por el país y olvidarse “de la politiquería partidaria”.
Ahora por lo menos escucha los argumentos de sus compañeros y lo tienta la gran popularidad que ha venido acumulando en el ejercicio del poder gracias a su personalidad cercana, a la frugalidad de su gobierno y a la discreción con que maneja su relación primaria.
A todo esto Danilo agrega su forma tan personal de enfrentar los problemas de Estado, la disposición de revocar decisiones que resultan impopulares, la meticulosidad en el manejo de los fondos públicos, sus contactos permanentes con los sectores más necesitados del interior y su personalidad sencilla en el trato con la gente común.
La puntualidad de su agenda, que cumple con el mayor rigor, es otro punto a favor del Presidente, a lo que ha agregado como recomendación de marketing una amplia sonrisa que contrasta con su vieja personalidad de rostro adusto y de apariencia sombría que ha dejado atrás dentro de su nueva imagen.
A los elementos aparentemente cosméticos se suma el creciente liderazgo en su partido que se expresó en el pasado Congreso Comandante Norge Botello con el complemento nominal del Comité Central y luego con la ampliación del Comité Político, ganados ampliamente por su sector interno.
Desde entonces Danilo Medina escucha permanentemente el clamor de sus seguidores para que se decida por seguir en el poder más allá del término del actual mandato.
Y cuentan sus más allegados que ya no le pone mala cara a las voces que en las inauguraciones gritan por la reelección… Menos aún le desagradan las vallas camineras que lo promueven en todo el país para continuar en la jefatura del Estado.
“Para lograr eso se necesitaría que se pongan de acuerdo Leonel, Miguel, Hipólito y Abinader… Y eso no parece posible”, dijo uno de los colaboradores más allegados del presidente Medina cuando La Tecla se tocaba esta misma semana en el mismo Palacio Nacional poco antes de emprender ruta de regreso a su sede de Madrid.
Independientemente de la decisión que finalmente tome el Presidente en ese sentido, dos cosas quedan definitivamente claras: -La reelección dejó ya de ser una malapalabra en el vocabulario del Presidente; y -Es probable que a la vuelta de unos meses el más empeñado en la reelección de Danilo sea Leonel Fernández…
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